He tardado, más por pereza que por la memefobia que él sospechaba en mí, en recoger el guante que me lanzó Eduardo. Bien es cierto que resulta imposible elegir los mejores posts del año 2007, pero al menos señalaré tres que por un motivo u otro me han quedado en el recuerdo. Sin más dilación, y sin orden ni concierto (ni siquiera de año nuevo):
- Totalitarismo nazi, totalitarismo soviético, en El bolígrafo azul
- Pues vivimos, anunciemos algo nuevo, en Noches confusas en el siglo XXI
- La memoria histórica de mamá, en Corolario de colores
Se lo paso a quien lo quiera, ahí, al mogollón. Ya ven ustedes que con la resaca (moral, claro) del día uno no da una servidora para más.
[Mmmm. Después de haberlas elegido, me doy cuenta de que a pesar de ser totalmente distintas las tres entradas tienen mucho en común. Oh, cuán transparente y previsible soy. La edad no perdona.]
martes, 1 de enero de 2008
7 comentarios:
Por favor, sean respetuosos. No griten, chillen, insulten ni tiren de los pelos. Recuerden que el español es más bonito que el lenguaje SMS. No confundan conceptos con premeditación y alevosía. El argumento ad hominem es para quienes no tienen argumentos.
[Nota: Si hace más de un mes de la publicación de esta entrada, tendré que revisar su comentario antes de que apareza publicado. Cosas del spam, qué se le va a hacer.]
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Muy agradecido por la gentileza. Déjeme tirarme el pisto: es el segundo post que me lo declaran mejor del año. Como es diferente solo viene a significar que sobre gustos no hay nada escrito. Tómese algo a mi cuenta, que la ronda es mía.
ResponderEliminarAl respecto del liberalismo, me gusta recordar a Sala i Martí cuando avisa de que la derecha te mete la mano en la bragueta (se supone que con papel de fumar) y la izquierda en el bolsillo. Hágame el favor de pecar en cuanta oportunidad se le presente, que luego uno se remuerde de los pecados perdidos.
¿Trastornos de personalidad? Sea amable: acuse sin tapujos, la edad te hace inmune.
Lo de pecar lo llevo a rajatabla, lo malo es que las oportunidades no siempre sabe una dónde andan escondiéndose :-P De modo que creo que lo de los ojos de mujer fatal tal vez sea un error de apreciación suyo (pero un bonito error: se lo perdonamos). Y siguiendo con Jardiel Poncela, y viene al hilo: "para ser moral basta proponérselo; para ser inmoral hay que poseer condiciones especiales". [Qué bien viene a veces la Wikipedia, ni que hubieran escogido la frase especialmente para este diálogo nuestro.]
ResponderEliminarPor lo demás, yo siempre acuso sin tapujos, aunque no siempre sea amable.
Ahm, y considero que eso de meter las manos en la bragueta con papel de fumar está feo. Las cosas o se hacen bien o no se hacen.
(Dicha toda esta sarta de barbaridades, y con su permiso, marcho rauda a confesar mis pecados de pensamiento y palabra y entonar mi cántico de contrición.)
¿Sabe algo? La facilidad para tropezarse con el pecado aumenta a medida que uno empieza a borrar las falsas ilusiones románticas y el síndrome George Clooney y se concentra en aprovechar lo que se presenta a tiro certero. Que en la horquilla de los 30 a los 50 es casi todo lo que vuela suelto e incluso, hasta de vez en cuando, lo amarrao. Es un secreto que trae el tiempo por sí mismo y de muy grato descubrimiento.
ResponderEliminarVolviendo a materias elevadas, un cuñado mío me ha preguntado por el libro que recomienda usted a la vera de esta nota. Gracias a ello me he podido tirar el pisto por segunda vez gracias a esta página y decir que estoy al tanto de la novedad y su significado que, honradamente, no sé cuál es.
El problema es que lo mismo tengo que leérmelo y no me basta con su resumen para mantener mi reputación de hombre de letras. ¿Qué me aconseja?
(Mi lista de pendientes es inmensa. estoy terminando la emulación de Marguerite Yourcenar de Norberto Fuentes sobre Fidel Castro, son mil y pico paginitas y creo que ahora me toca tecnología en el metro y novela entre pecado y pecado)
Verá usted, caballero, mi resumen no es un resumen: es sólo un fragmento de las primeras páginas del libro. Difícilmente podría por tanto bastarle, entre otras cosas también porque difícilmente podría elaborarle un resumen alguien que aún no ha terminado de leer la obra. Me alegro de que esté usted al tanto de la novedad y su significado; cuando pueda me lo explica. Yo de momento sólo sé que se deja leer, y muy bien. Otra cosa es que una tenga tiempo para hincarle el diente como quisiera.
ResponderEliminarY es que... usted verá, caballero (sí, como arriba pero al revés): son 1183 páginas, sin contar índices ni créditos fotográficos. Y pesa. Mucho. Cuánto interés tiene globalmente podré decírselo (siempre a mi juicio, claro está) cuando (if) lo haya terminado, aunque de momento promete. Lo que sí puedo asegurarle es que el epílogo ("Desde la casa de los muertos. Un ensayo sobre memoria europea contemporánea") merece ser leído. Ya ve, no sólo el periódico puede empezar a leerse por el final. La lectura del epílogo en la biblioteca pública fue lo que me impulsó a comprar el libro; tal vez con eso se lo diga todo (máxime si calcula usted lo que supone un desembolso de tales características para la economía del estudiante).
En lo que respecta al pecado, esperaré pacientemente (qué remedio), aunque eso de las ilusiones románticas creo que ya hace tiempo que empezó a curárseme (la fascinación por George Clooney no tanto, pero intuyo que no nos referimos a lo mismo), y ni por esas :-P
Decidido: no me lo compro. Leeré el epílogo en los mostradores de la FNAC y me podré tirar el pisto por tercera vez siguiendo instrucciones de Sánchez.
ResponderEliminarLo de Clooney... bueno es un síndrome invertido: para unos es beneficiárselo, para otros adquirir el mismo poder magnético para ser beneficiado. Y claro, como que no. Si existe dios, es verdaderamente injusto: es guapo, listo y tiene dinero.
Je, lo olvidaba: y suministro de Martini garantizado de por vida.
ResponderEliminarGracias por las recomendaciones Irene.
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